El CBG, también conocido como cannabigerol, es otro de los más de 120 cannabinoides identificados en la planta de cannabis.
No tiene propiedades psicoactivas y actualmente se investiga su potencial para aplicaciones terapéuticas.
Esta molécula es muy interesante, ya que es precursora de los populares THC y CBD. Se crea como una de las primeras moléculas en forma de CBGA y se encuentra en concentraciones máximas durante el desarrollo de las plantas de cáñamo. Con el tiempo, las enzimas de la planta actúan sobre el CBGA y lo descomponen en THCA, CBDA y CBCA. Sin embargo, si precipitamos el ácido del CBGA (mediante la exposición a la luz, el calor o el vapor, ya mencionada), obtenemos CBG.
La mayoría de las variedades de cannabis contienen niveles muy bajos de CBG, inferiores a 1%. Esto no significa que este cannabinoide no sea valioso, sino todo lo contrario. Es capaz de aumentar los niveles de dopamina, lo que mejora el sueño, el estado de ánimo y el apetito. También inhibe la neurotransmisión GABA en el cerebro, lo que reduce la tensión muscular general. Inhibe los receptores de serotonina y, por lo tanto, reduce los síntomas de ansiedad y depresión. Además, el CBG se reconoce actualmente como particularmente eficaz en las siguientes enfermedades:
Cáncer: según estudios recientes, puede utilizarse como agente anticancerígeno gracias a su potencial para bloquear los receptores responsables del crecimiento de las células cancerosas. Científicos han reportado la inhibición del crecimiento de células de cáncer de colon en ratones que recibieron CBG, lo que lo convierte en una nueva alternativa en el tratamiento de pacientes con cáncer. También es eficaz como agente citotóxico, actuando sobre el cáncer epitelial y el cáncer de mama en humanos.
Glaucoma: El CBG ha demostrado ser increíblemente eficaz para reducir la presión intraocular asociada al glaucoma. Los científicos atribuyen este fenómeno a la alta concentración de receptores endocannabinoides en las estructuras oculares.
SARM: Estudios realizados en Europa revelaron las propiedades antibióticas del CBG al aplicarlo tópicamente a pacientes con infección por SARM. (El SARM es una cepa de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, que es prácticamente la totalidad de los antibióticos).
Además de las enfermedades mencionadas anteriormente, el CBG muestra potencial como agente antiinflamatorio para enfermedades intestinales no específicas, ralentiza la degeneración de las células nerviosas, estimula el apetito y mejora y regula la función de la vejiga.